La intervención del portavoz de Podemos y de algún otro consejero en el Cabildo de Lanzarote es mas que indignante
La intervención del portavoz de Podemos y de algún otro consejero en el Cabildo de Lanzarote es mas que indignante, sus provocadora e insultante intervenciones avergüenza a propios y extraños.
Se debe revisar el Diario de Sesiones plenarias para borrar del mismo"palabras malsonantes" que "van en contra del decoro de la Institución Insular".
Como ciudadano, la insistencia constante sobre los modales apropiados e instalar el valor de respeto hacia otros le muestra a tu político que ser malcriado o rudo es simplemente inaceptable.
Están avergonzando a Lanzarote con su pelea y malos comportamiento los miembros de Podemos en el Cabildo Insular de Lanzarote y ciertos consejeros de esta primera institución insular a pesar de que Lanzarote necesita que dialoguen y colaboren para salvar nuestra isla de la gran cantidad de problemas que tiene, algunos de estos malos políticos ni siquiera pueden soportarse y no sienten vergüenza de exhibir su pelea barrio bajera delante de la preocupada sociedad insular.
Comparar la sociedad lanzaroteña con una parte de su clase política es una indecencia de gran calado que merece el rechazo masivo de los ciudadanos. La verdad desnuda es que los políticos sostienen y alimentan una caricatura de democracia, una dictadura camuflada, el cortijo privado de las élites, de las familias económicas y de unos caciquillos encaramados en en los organismos públicos que, con aire chulesco y con descaro imperdonable y sin ética, mal nos representan en nuestras instituciones oficiales.
Mientras tanto, a pesar de que cada día le estallan escándalos de corrupción, juicios, imputaciones en pleno rostro a muchos políticos, nadie puede afirma con descaro e injusticia, que los políticos son tan corruptos como la sociedad lanzaroteña, una falsedad que nos ofende a todos porque la corrupción es un virus que se ha incubado en muchos partidos políticos, y nos ha sido contagiado por la clase política, que fue pionera en desvergüenzas, robos y suciedades.
Basta nada mas que mirar en estos momentos tan cruciales de crisis para nuestros pueblos para darse cuenta de que los políticos son mucho peores que los ciudadanos a los que dicen representar. Incapaces de ponerse de acuerdo, impedidos para pactar, impotentes para dialogar, la imagen que ofrecen es la de dos adolescentes pendencieros y chuletas que se pelean para impresionar a sus respectivas pandillas y reafirmar su liderazgo en las bandas. Los intereses propios y sus bajas pasiones les importan más que los ciudadanos.
Los ciudadanos quiere que se entiendan, pero parece que a ellos les da igual y que sólo luchan por ellos mismos y por sus respectivas bandas. La pelea irresponsable de esos gallos avergüenza a la sociedad actual y produce sonrojo en las democracias. No se les ve el respeto ni la grandeza, ni los valores. Carecen de ejemplaridad. Sólo odio y desprecio vergonzantes. No merecen ser líderes.
Sus respectivas huestes no son capaces de reprimir esa pelea vergonzosa que se disputa ante las instituciones. Les jalean como idiotas, a pesar de que esta sociedad necesita que unan fuerzas para salvar nuestros pueblos. Mas que políticos responsables parecen pandilleros del Bronx.
La sociedad de antaño era decente y estaba adornada por muchos valores hasta que llegaron los políticos de la falsa democracia y la corrompieron. Hace cuarenta años, cuando el dictador se moría en la cama, los españoles dormían con las puertas de sus hogares abiertas, no pagaban impuestos, convivían con el respeto, la honradez y otros muchos valores en los hogares y devolvían hasta un simple céntimo cuando el tendero les daba la vuelta de la compra equivocada.
Apenas había delincuencia y el respeto a los demás presidía la convivencia.
Apenas había delincuencia y el respeto a los demás presidía la convivencia.
Pero entonces, tras la muerte del dictado asesino Franco, llegaron ellos y empezaron a trapichear, a mentir, a engañar, a redactar leyes de doble o triple interpretación, a acumular privilegios, a prostituir la democracia y a alardear de aquello que dijo Solchaga, que España era el país del mundo donde uno puede hacerse rico con más rapidez.
Los partidos políticos han dilapidado en este país un capital inmenso, el que le otorgaron los ciudadanos que, inocentes y crédulos, los recibieron con los brazos abiertos y con admiración infinita.
Nuestros políticos, casi todos millonarios y orgullosos de haber roto sus conexiones con el pueblo para unirse a las élites, en lugar de postrarse avergonzados por sus fechorías y estragos causados a una nacion que se rompe y de la que se ríen en el mundo por su suciedad corrupta, se dedican ahora a ofender a la verdad y a la sociedad afirmando que la corrupción es un reflejo de la sociedad, cuando la sociedad, es y ha sido siempre mil veces mas decente y digna que su clase política.
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