"Saldamos una asignatura pendiente reconociendo públicamente a una de las figuras más grandes de nuestra historia contemporánea".
La Casa de los Volcanes, en Jameos del Agua, debería contar con una exposición permanente de Jesús Soto, una muestra que su inauguración fue comisariada por el escritor Félix Hormiga, que contribuye a descubrir y dió a conocer la dimensión real y la contribución a Lanzarote del artista majorero de nacimiento "y lanzaroteño de adopción".
La inauguración de la exposición estuvo arropado por la totalidad de la familia de Soto y por algunos de los compañeros con los que trabajó el artista durante su etapa como maestro artístico del Cabildo de Lanzarote, con esta exposición se"una asignatura pendiente reconociendo públicamente a una de las figuras más grandes de la historia contemporánea de la isla, uno de los hombres que hizo posible que en Lanzarote arraigara la idea de la sostenibilidad".
Jesús Soto "se entregó a redibujar la isla, a extraer la belleza de donde pasaba desapercibida o estaba sepultada por el desconocimiento, para darla a conocer al mundo", y puso como ejemplo su intervención en la Cueva de los Verdes, "posiblemente la más grandiosa de las que regaló a esta isla, convertida ya en uno de los espacios más reconocidos y reconocibles de Lanzarote", hay quien de forma mal intencionada quieren adjudicar la obra de la Cueva de los Verdes a César Manrique.
Es muy importante potenciar,dar a conocer y "conservar intacto el recuerdo de figuras de la talla artística y humana de Jesús Soto, iconos que jamás podrán caer en el olvido porque se ganaron el respeto de todos desde la humildad, el trabajo y el consenso y, sobre todo, porque dieron todo lo que tenían, y más, por esta isla. Soto "fue uno de los que trazó el rumbo, de los que apuntó hacia donde debíamos dirigir la nave. Él fue de los que sembró la semilla del respeto y el afecto a este territorio, el que nos descubrió el valor del equilibrio entre el medio natural, el desarrollo y la prosperidad del ser humano, el que nos devolvió el orgullo por sentir y vivir en Lanzarote, y por eso le estaremos eternamente agradecidos".
Los 365 días del año se le debe realizar un sencillo pero cálido homenaje a quien transformó Lanzarote a partir del amor hacia este frágil territorio", no debemos olvidar jamás está gran figura.
La exposición permanente es un homenaje al hombre cuya obra inició una conversación estética entre el ser humano y la naturaleza ígnea de la isla, una curva alojada en cuatro espacios que rinde tributo a la obra y la mística de un creador singular.
Quién conozca las obras de Jesús Soto,
podrá descubrir la especial relación del artista con las rocas y el cosmos. Hay que apuntar que quien diseñó la Ruta de los Volcanes, en Timanfaya, descubrió su afecto por el universo sin límites, los planetas y las estrellas durante las noches que acampó entre los cráteres y valles de cenizas del sur de la isla ideando el sobrecogedor e impactante recorrido por un paisaje "que parece ajeno a La Tierra".
En la citada exposición es posible contemplar algunas fotografías de Jesús Soto en los espacios que posteriormente serían los Centros de Arte, Cultura y Turismo. Dos jolateros, recuerdos de una bonita anécdota de la infancia del artista, y diez de sus trabajos pictóricos son la antesala a un túnel "que evoca a la Cueva de los Verdes" en el que se puede disfrutar de un vídeo sobre Soto mientras suena, de fondo, Génesis, una composición musical creada por el lanzaroteño Nino Díaz en homenaje al artista.
Jesús Soto nació en Fuerteventura en 1929. Siendo muy joven, se trasladó a Lanzarote, isla en la que trabajó para el Cabildo después de haber creado su propia empresa de iluminación.
La Primera Institución de la isla lo reconoció como Hijo Adoptivo en 2002. Un año después, falleció dejando como patrimonio de Lanzarote su enorme contribución en la creación de obras y creaciones en el Mirador del Río, el Monumento al Campesino, los Jameos del Agua y las Montañas del Fuego, en estrecha colaboración con César Manrique. Pero, su verdadera obra artística, la que le confirió el sello definitivo de artista, es la adaptación que hizo de la Cueva de Los Verdes en 1964. Soto acondicionó el interior, iluminó estratégicamente los dos kilómetros de longitud del tubo volcánico y creó un auditorio que, a decir de muchos entendidos, es uno los lugares con mejor audición del planeta.
Félix Hormiga realizó un libro dedicado a ’Jesús Soto (1928-2003), la luz de la piedra’, Hormiga definió al maestro del territorio y del paisaje como un hombre “inteligente y creativo, el primero que inició el diálogo entre las personas y el entorno, el que convenció al Cabildo de Lanzarote para que César Manrique regresara de Nueva York y contribuyera con su asesoramiento en diferentes proyectos”.
Majorero de nacimiento y conejero de adopción, Soto contribuyó decisivamente en la transformación de la isla de Lanzarote, basada en el sostenibilidad.
El libro de Félix Hormiga es una biografía del artista majorero nacido en Antigua el 25 de diciembre de 1928. Siendo un chiquillo, su familia se trasladó a Gran Canaria, donde su padre montó un taller de reparaciones eléctricas. Posteriormente se desplazó a vivir a Lanzarote, donde realizó el servicio militar y trabajó en el sector eléctrico y en una naviera.
Inició su actividad artística iluminando la silueta y el contorno exterior del Castillo de San Gabriel, hasta que en 1965 el Cabildo lo contrata para llevar la dirección técnica y artística de la Cueva de los Verdes y Jameos del Agua. En abril de 1966 se le renueva el contrato y se le encomiendan otras actuaciones sobre El Golfo, Montañas del Fuego y la Batería del Río. En 1967 ya figura como funcionario, con la categoría de maestro artístico, según refleja el autor del libro.
Hormiga resaltó la labor de Jesús Soto en la iluminación de la Cueva de Los Verdes en los años sesenta. Señaló que “el entonces presidente del Cabildo de Lanzarote, José Ramírez Cerdá, adquirió el compromiso de iluminarla para facilitar el trabajo de historiadores y arqueólogos. La Corporación insular contrató a Soto, quien descubrió las posibilidades de iluminación artística del tubo volcánico, algo que asombró a las autoridades”.
“El encargo -precisó Hormiga- no llevaba aparejado el requerimiento artístico, simplemente fue contratado para que colocara una ristra de bombillas con la finalidad de ahuyentar a la oscuridad y poder entrar en los misterios arqueológicos de la cripta embrujada. Se trataba de una petición del historiador Agustín de la Hoz, quien valoró la capacidad de Soto para llevar a cabo una excelente luminotecnia de la caverna”.
“Cuenta la leyenda que Jesús Soto colocó en la Cueva de los Verdes las bombillas solicitadas y que, secretamente, amparado en la oscuridad, elaboró una instalación de luz y sonido. El día en que los miembros del Cabildo fueron a ver la obra, entraron alumbrados por bombillas un buen tramo de la cueva. Luego las lámparas fueron apagadas dejando en la oscuridad a la comitiva, que pronto mostró temor por cómo había de moverse en el túnel volcánico sin hacerse daño contra las aristadas lavas y la imprecisión del camino. Al poco, como si estuvieran en otra dimensión, comenzó el grupo a oír un murmullo que se fue trocando en música, en absoluta oscuridad y, seguidamente contemplaron el alumbramiento de la cueva, los proyectores hábilmente ocultos por Soto. De está manera se iniciaba un nuevo camino en la forma de contemplar a la isla”.
Con esté primer artículo comienzo con mi intención, de dar a conocer todos los grandes baluartes, que hicieron posible la isla que hoy tenemos.
Fantástico y muchas gracias por la información.
ResponderEliminarMe yamo rosa maria soto morales. Escemi tio. Jésus soto. Yi soye la hira des sou elmano Salvador soto morales
ResponderEliminarPuede por favor me desia si sou elmano se nomer salvador soto
ResponderEliminarSe naci en 1931
ResponderEliminarA antigua
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