La inestabilidad política de la isla conejera tampoco escapa, ni mucho menos, a la capital. Sólo en Arrecife sería posible un pacto de gobierno al margen de CC y PSOE, que podría poner a Cándido Reguera como alcalde, entre los cuatro concejales del Partido Popular, los siete del PIL y los dos del PNL-Nueva Canarias. Los números suman mayoría absoluta. PNL y PIL son enemigos íntimos pero no están en situación de elegir. Además habría un problema añadido: haría falta que los concejales del PIL encarcelados dimitan desde la cárcel y dejen su acta a otros dos para sumar esa mayoría.
Todo parece indicar que los días de Enrique Pérez Parrilla como alcalde de Arrecife están contados. Aunque ni él ni el resto de socialistas parezcan darse por enterados, el crédito lo tiene agotado hace tiempo. La reciente imputación es la puntilla, pero lo cierto es que su responsabilidad, en cuanto máximo mandatario del consistorio capitalino, ponía en serio entredicho su continuidad desde el mismo día en que la Guardia Civil entró en el Ayuntamiento como elefante en cacharrería.
Estoy completamente de acuerdo en lo que dicen de que no se pueden comparar los cargos. No es lo mismo que te acusen de haber robado a que te acusen de haber inaugurado un teatro sin tener la licencia correspondiente. Ambas infracciones lo son, pero no son equiparables. Siempre he creído, y sigo creyendo, en la honorabilidad de Enrique, pero también pienso que llevan razón quienes dicen que no puso el celo necesario para que a su alrededor no florecieran los chanchullos. Ese es un déficit que no se puede obviar, y motivo más que suficiente para que no pueda seguir siendo alcalde de Arrecife.
Si Enrique y el resto de socialistas asumen la realidad, no van a tener más remedio que estudiar alternativas para Arrecife. Y esas alternativas pasan, seguramente, por pactar con el PP. El PP es el único partido de los considerados importantes que en Lanzarote no ha sido tocado por la operación Unión. Es obvio que esto no tiene mucho mérito, toda vez que no ostentan, hoy por hoy, grupo de gobierno alguno en Lanzarote. Pero esto no cambia los hechos. El PP de Lanzarote es ahora mismo el único partido con autoridad moral suficiente para tomar la responsabilidad de iniciar el proceso de recuperación que dé estabilidad institucional a la isla. No lo digo con alegría, pero es lo que hay.
La lectura es la siguiente: Si Enrique dimite, los socialistas no cuentan con ningún sustituto de entidad suficiente para copar un cargo de tal envergadura. Pactar con el PP y ceder la alcaldía a Cándido Reguera, un hombre que no disgusta prácticamente a nadie, se me antoja una condición más que razonable para que el PP preste su colaboración en Tías y San Bartolomé. Así es como yo lo veo, sólo es mi opinión.
Fernando Marcet Manrique
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