"La gran mayoría de Lanzarote muy pronto sin las indeseables y enfermizas mascarillas"
Hay todavía en Lanzarote personas que por el miedo sicológico y el brutal lavado de cerebro que sufrieron todavía hoy mantienen la mascarillas en la calle pese a no ser obligatoria.
Sabemos que existen muchos subvencionados sanitarios, medios informativos mercenarios y personas fácil de convencer y engañar que por dinero no les importa seguir perjudicando al ser humano y aconsejan sin más el uso de las mascarillas y lo que es más grave tratan de bulo y mentiras todo aquello que se publique como efectos secundarios de las mascarillas.
Nosotros como medio informativo libres solo buscamos beneficiar y ayudar a la población alejados de todo tipo de pensamientos inadecuados y problemas sicológicos, no somos negacionistas, antivacunas, antivirus, covidianos ni nada de las centenares de chorradas que suelen correr por las redes sociales, simplemente trabajamos desde la coherencia y sensatez y es lo que queremos hacer llegar a los ciudadanos y que luego cada cual valore y actúe en consecuencia.
El principal problema derivado de un uso excesivo de las mascarillas puede ser la acumulación de bacterias y microorganismos.
Necesitamos tener más evidencia por tanto para poder valorar cada caso individualmente, ya que hay personas que el uso de la mascarilla de forma tan continuada le puede estar suponiendo un riesgo muy grave para su salud.
La mascarilla cubre la cara y se apoya en la nariz y la barbilla. Hablar, respirar, incluso cuando se hace deporte, son actividades que se llevan a cabo con la mascarilla puesta. La acumulación de bacterias en la mascarilla se va multiplicando con el tiempo, por lo que, si no se respetan los tiempos de utilización de las mascarillas ?por ejemplo, las 4 horas de vida útil de una mascarilla higiénica? las bacterias se pueden convertir en un problema muy serio añadido para la salud.
En algunos casos, la inhalación continuada de los microbios acumulados en las mascarillas puede predisponer a padecer infecciones del tracto respiratorio, incluyendo una neumonía bacteriana o vírica. En este sentido, gran parte de las bacterias presentes en la boca o en las vías respiratorias superiores que, en condiciones normales no causarían ningún problema, pueden acabar produciendo infecciones en las vías respiratorias inferiores.
Existen otros riesgos asociados a la reutilización excesiva de la mascarilla, como favorecer la aparición de crisis asmáticas. De este modo, los pacientes que padecen asma estarán menos protegidos cuando sus mascarillas hayan perdido su eficacia.
Por otro lado, en algunas personas pueden aparecer irritaciones en las orejas derivados del roce producido por las gomas de las mascarillas. En este caso se recomienda la utilización de las tiras especiales que se colocan sobre la nuca y que permiten la colocación de la mascarilla sin afectar a la zona auricular.
La utilización continuada de mascarillas puede propiciar la aparición de síntomas cutáneos, como enrojecimiento en zonas de contacto con la mascarilla como consecuencia de la dermatitis irritativa que se produce. De igual modo, puede producirse la aparición de acné localizado en el contorno de la boca y en la barbilla.
Por otro lado, el riesgo de complicaciones cutáneas por el uso de mascarillas es mayor en personas con pieles delicadas y aquellas que padecen rosácea, una afección inflamatoria de la piel caracterizada por una piel intolerante a los cambios de temperatura, los rayos ultravioleta del sol o el uso de cosméticos.
Seguramente, los profesionales sanitarios son los que padecen las mayores consecuencias derivadas del uso continuado de las mascarillas y elementos de protección frente al coronavirus. Entre las lesiones cutáneas que afectan a las personas que utilizan mascarillas de protección del tipo FFP3, se incluyen erosiones en el puente nasal y en las mejillas.
De este modo, el eritema nasal y las erosiones son frecuentes en los trabajadores que utilizan las mascarillas FFP3. Los efectos de la presión parecen ser la causa principal de las lesiones faciales, y el tiempo de uso de las mascarillas es el factor de riesgo más importante identificado hasta ahora.
El uso prolongado de estas mascarillas, se asocia muchisimo con dolores de cabeza (47,5%), mayor esfuerzo (para realizar la atención profesional) y malestar (50,8%), problemas de concentración moderados (54,3%), dificultades respiratorias moderadas (63,5%) y, en consecuencia, una capacidad de trabajo disminuida (85,5%), dolor muscular, somnolencia, micción anormalmente frecuente, disminución en los niveles de atención y, en consecuencia, disminución en la capacidad de trabajo.
Además originan muchísimos problemas en la piel y dificulta el habla y sistema auditivo.
Uno de los primeros síntomas que se ha observado es el conocido con el nombre de maskacné, que es la aparición de acné en la cara debido al taponamiento de los poros que provocan la humedad y el vapor que se generan al respirar y al hablar con la mascarilla puesta.
Por otro lado, el 1 de diciembre de 2020, la OMS desaconsejó el uso de mascarillas para practicar deporte intenso, ya que podía provocar daños cardiovasculares generando arritmias cardiacas y neumotórax espontáneo. Y recientemente, un tipo de mascarilla que contenía grafeno ha sido retirado del mercado canadiense y español por la sospecha de que pueda causar daños en los pulmones por la inhalación de nanopartículas de dicho material.
Recientemente se ha publicado un estudio sobre los niveles de plastificantes en diferentes tipos de mascarilla, así como el grado de liberación de dichos compuestos durante su uso. Hay que tener en cuenta que las mascarillas faciales se producen a partir de polímeros como polipropileno, poliestireno, polietileno y poliéster. Polímeros que contienen una serie de compuestos químicos, como plastificantes y retardantes de llama.
Impacto ambiental
A raíz de la pandemia, se ha observado un incremento en la producción y consumo de material plástico, sobre todo de usar y tirar.
El consumo masivo de mascarillas desechables genera una gran cantidad de residuos que no pueden ser reciclados. Teniendo en cuenta la cantidad de mascarillas utilizadas a nivel mundial, así como su peso (entre 2,5 gramos las higiénicas y 7 gramos las de tela), estaríamos generando entre 0,2 y 6,3 millones de toneladas anuales de residuos de mascarillas faciales.
Según un informe del WWF, cada mes se estarían introduciendo en los ecosistemas acuáticos y terrestres un total de 10 millones de mascarillas debido a una mala gestión de residuos.
Una vez en el medio, estas mascarillas se degradan lentamente formando partículas más pequeñas, los microplásticos, compuestos que ya afectan a la vida de organismos acuáticos y terrestres.
Limpieza de manos y uso de gel hidroalcohólico
El lavado constante de manos es otra de las medidas higiénicas más recomendadas para contener la propagación de la epidemia, por lo que, si seguimos esas indicaciones acabaremos el día habiéndonos lavado las manos un número importante de veces. En este sentido, hay que tener en cuenta que los detergentes presentes en los jabones y el alcohol de los geles hidroalcohólicos pueden eliminar la barrera ácido-grasa de la piel, creando rojeces, picor o grietas en las manos. Por ello, se recomienda la utilización de geles sin jabón, que pueden eliminar los virus sin dañar la piel.
El uso prolongado de mascarillas tendría el potencial, de acuerdo con los hechos y las correlaciones que hemos encontrado, de causar una respuesta de estrés simpático crónico inducida por modificaciones de gases en sangre y controlada por centros cerebrales. Esto a su vez induce y desencadena la inmunosupresión y el síndrome metabólico con enfermedades cardiovasculares y neurológicas.
No solo encontramos evidencia en la literatura revisada de mascarillas de posibles efectos a largo plazo, sino también evidencia de un aumento en los efectos directos a corto plazo con un mayor tiempo de uso de la mascarilla en términos de efectos acumulativos para: retención de dióxido de carbono, somnolencia, dolor de cabeza, sensación de agotamiento, irritación de la piel (enrojecimiento, picazón) y contaminación microbiológica (colonización de gérmenes).
Un estudio de la Universidad de Xi'an Jiaotong (China), publicado en la revista Cardiovascular Innovations and Applications, apunta que hacer ejercicio llevando mascarilla puede inducir efectos perjudiciales en el sistema cardiovascular, potencialmente generando eventos adversos como arritmias cardíacas y neumotórax espontáneo.
Las personas no deben usar mascarillas durante la actividad física de intensidad vigorosa porque las mascarillas pueden reducir la capacidad de respirar cómodamente", establece el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas.
Las mascarillas utilizada con muchas frecuencia y durante mucho tiempo originan son más perjudiciales que beneficiosas y estás hoy en día está ocasionando muchos serios problemas respiratorios.
Cómo nos afecta psicológicamente no ver el rostro completo de las personas con las que interactuamos en nuestro día a día?
Los efectos que pueda producirnos el uso prolongado de las mascarillas dependen de dos parámetros importantes: la edad y las condiciones psicológicas y emocionales previas. Al cubrir el tercio inferior del rostro nos perdemos mucha información, como, por ejemplo, la expresión facial de las emociones básicas: la alegría, el miedo, la ira, la tristeza, el asco y la sorpresa.
La transmisión de estas emociones, que acostumbramos a expresar con una codificación facial universal, tenemos que hacerla ahora de manera verbal para que las demás personas puedan entender como nos estamos sintiendo.
Muchas veces nos es más difícil expresar nuestras emociones verbalmente y, por esto, podemos llegar a reprimir los sentimientos y que esto acabe produciendo bloqueos emocionales, ansiedad y depresión.
La capacidad empática necesita las neuronas espejo, un sistema de neuronas que se activan desde que nacemos para conectar con las emociones de las otras personas y actuar consecuentemente con estas. Las neuronas espejo se relacionan también con la Teoría de la Mente (ToM), conocida como comprensión o cognición social, ya que consiste en la habilidad de comprender y predecir la conducta de la otra persona, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias. Estas neuronas no llevan a cabo su función si no podemos percibir las emociones de los demás, de aquí la necesidad de prestar más atención a cómo nos comunicamos de manera verbal y no verbal, teniendo en cuenta que no dispondremos de las expresiones faciales.
Con el uso de las mascarillas perdemos más de la mitad de la comunicación no verbal, es por ello relevante focalizar la atención en la información que tenemos y no en la que nos falta. Por ejemplo, como receptores de mensajes, podemos atender a los ojos, que sí que quedan a la vista con la mascarilla o cómo se arquean las cejas, la postura corporal, los gestos y el tono de la voz. También, a la hora de transmitir mensajes, podemos hablar más alto y repetir más veces el mensaje oral, ya que con el uso de la mascarilla y la distancia social es más complicado tener conversaciones de calidad, pero no por tener barreras debemos dejar de comunicarnos, podemos cambiar y adaptar los hábitos de comunicación que conocíamos hasta ahora para continuar relacionándose.
Mi consejo particular y personal no se vuelvan a poner nunca más una mascarilla, yo no la utilizo, ni utilizaré nunca, simplemente me la pongo unos minutos y por evitar discusiones en los establecimientos comerciales.
En 65 años jamás nadie me colocó INTENCIONADAMENTE un bozal, ni me sometió a directrices que vayan en contra de mis criterios personales, no sigo ninguna de las restricciones impuestas porque como ser humano soy libre y quiero que los demás también lo sean, soy solidario con los demás y respeto la formas de ser de cada cual, motivo por lo cual esperó recibir de los demás lo mismo que yo le ofrezco a ellos.
Simplemente quiero que ustedes conozcan los diferentes criterios sanitarios que existen de grandes profesionales, solo les pido que valores inteligentemente lo aquí puedes leer y que escuches también a todos esos que te ocultan muchísimas cosas por el interés del dinero y para poder seguir con sus negocios sin importarle el perjuicio que originan a la humanidad.
En la clase político-empresarial-sanitaria no existe humanidad porque de sentimiento tienen el dinero y de corazón una caja registradora, lean, piensen,saquen conclusiones y luego hagan lo que consideren pertinente
Tenemos que acabar con las redes sociales como Facebook, Instagram, YouTube que censuran éste tipo de artículo para seguir ocultando ésa parte de la verdad que quieran ocultar para seguir ganando dinero.