jueves, 27 de abril de 2017

PACTO SOCIAL POR LA SANIDAD EN CANARIAS


POR UN PACTO SOCIAL DE LA SANIDAD EN CANARIAS

PREÁMBULO

La sanidad pública en Canarias, entendida como un derecho fundamental de todas las personas, atraviesa en la actualidad una difícil situación, fruto del desmantelamiento progresivo al que se ha visto sometida en los últimos tiempos.La falta de recursos, derivada de unos presupuestos deliberadamente deficitarios, ha provocado su deterioro paulatino en estos años; a lo que se suma el desprestigio que la pugna partidista traslada a la opinión pública día sí y día también. La fragmentación de nuestro territorio constituye, igualmente, un factor de desequilibrio añadido,   donde   se   precisan   inversiones   extras   para   garantizar   la   prestación   del servicio   en   condiciones   de   igualdad.   Precisamente   la   carencia   de   inversiones   de calado para atender necesidades básicas de la población ha ahondado el deterioro de nuestra sanidad hasta los preocupantes extremos actuales.Los sindicatos firmantes del presente documento expresan su más firme rechazo a lo que   hasta   ahora   han   sido   principios   rectores   de   la   política   sanitaria   en   las   islas:incapacidad para el diálogo y el entendimiento, insolidaridad y la más absoluta falta de visión política a largo plazo, prefiriendo el rédito partidista inmediato a la construcción colectiva de una red sanitaria de calidad, sólida y eficiente.

Entendemos igualmente que la salida a la situación actual se encuentra, en  último término,   en   las   manos   de   los   grupos   con   presencia   en   la   más   alta   instancia representativa   de   nuestras   islas:   el   Parlamento   de   Canarias.  A  ellos   corresponde,aunque no en exclusiva, el ejercicio de responsabilidad y compromiso que nuestra sociedad   demanda.   A ellos   va   dirigida,   en   consecuencia,   la   propuesta   que presentamos y que parte de las siguientes.


CONSIDERACIONES BÁSICAS:

Primera: dotación  presupuestaria.   Cualquier   intento   de   sacar   a   nuestra   sanidad pública  de  la situación   en  que  se encuentra debe  pasar, necesariamente,  por  una presupuestación suficiente, basada en el gasto real del sistema y no en previsiones irreales, como se ha hecho hasta el momento.El   presupuesto   sanitario   debe   establecerse   tomando   como   referencia   inmediata   el gasto real que efectivamente realizó el sistema sanitario en el año inmediatamente anterior,   y   no   la   previsión   inicial   del   periodo   que,   como   queda   dicho,   peca sistemáticamente de insuficiencia y excesiva rigidez

Se hace preciso, igualmente, seguir reclamando al Estado, esta vez de forma unánime y decidida, la deuda histórica que mantiene con Canarias en materia de Sanidad; una deuda que alcanza los 2.400 millones de euros, cantidad que, por sí sola, supone un ejercicio presupuestario completo. La incorporación de nuevas infraestructuras y tecnologías, así como el mantenimiento integral de las instalaciones existentes, se han de acompañar también, lógicamente,de   las   correspondientes   partidas   presupuestarias   que,   asimismo,   habrán   de consolidarse en los presupuestos sanitarios de los ejercicios siguientes.

La misma consideración económica merecen los acuerdos que en las distintas mesas de negociación, y con impacto en el gasto sanitario, lleguen a alcanzarse. Un acuerdo sin ficha financiera es un acuerdo inexistente, vacío de contenido. Por tal motivo, la fijación económica y traslado a la Ley Presupuestaria del contenido de los acuerdos formará también parte del compromiso que los poderes públicos han de establecer con la ciudadanía.

Segunda: la sanidad, fuera de la pugna partidista.  Este es un concepto básico y fundamental.   Junto   con   la   falta   de   recursos   derivada   de   una   insuficiencia presupuestaria crónica, la utilización de la sanidad como terrero de lucha entre las distintas visiones políticas es el factor que más contribuye al descrédito del sistema y ala desafección de  miles  de ciudadanos respecto  del   mismo.   En  este punto resulta crucial, imprescindible, que un Pacto por la Sanidad contemple el compromiso explícito de los partidos políticos y grupos parlamentarios de dejar a la sanidad al margen de la rivalidad partidista. 

Para que esto sea posible vemos también necesario introducir esquemas de gestión fiscalizables por las distintas fuerzas políticas, con métodos y estrategias altamente consensuados   y   transparentes;   con   dación   de   cuentas   periódica   en   sede parlamentaria y con gestores profesionales al frente del organigrama de dirección. La contraproducente costumbre de poner al frente del sistema sanitario a correligionarios políticos, muchas veces con poca o nula preparación técnica en las áreas de la gestión sanitaria, no trae sino problemas y distorsiones en el sistema y, en esa medida, debe ser una práctica a extinguir en nuestro ámbito. Gestión profesionalizada, pues, junto con esquemas de dirección transparentes y sometidos a control han de servir de base para que la sanidad desaparezca del foco de la disputa política de una vez por todas.

Tercera:  política de  conciertos.   Partiendo   de   la   base   de   que no   resulta   realista proponer la eliminación al completo de los conciertos sanitarios, es cierto también que estos   deben   someterse   al   mismo   control   parlamentario   que   la   actividad pública   y cumplir   con   ciertos   principios   básicos.   Entre   ellos,   la   consideración   de   que   los conciertos deben   siempre   considerarse  un   recurso complementario  a   la prestación sanitaria pública, supeditados a ella, y no un elemento que la sustituya. Se trata de optimizar  los  recursos  existentes  con   el objetivo   de  brindar  un   mejor servicio   a la población; de ningún modo la política de conciertos puede convertirse en un concurso de dádivas y regalías para el mejor negocio de unos pocos. Con esta idea, plantea muestras condiciones para que el concierto con centros privados cumpla la función que la ley le reserva:

a) Utilizar hasta su límite los recursos del propio SCS: antes de concertar una prestación, el SCS se asegurará de estar empleando el máximo de su capacidad en ella.

b) Ajustar los conciertos a la legalidad vigente: algo tan básico y elemental como que   los   contratos   que   realice   una   entidad   pública   se   deben   ajustar   a   los parámetros legales, simplemente no se cumple con la  política de conciertos en Canarias, donde todavía perviven conciertos pre-constitucionales sin ningún tipo de control sobre la calidad que en esos centros se presta. 

c) Establecer criterios de calidad, de ratios de personal y de equiparación delas condiciones laborales del personal de la sanidad privada a la pública: los poderes públicos deben fiscalizar y controlar la calidad del servicio prestado por los centros   privados   concertados,   puesto   que   se   trata   de   una   prolongación   de   la prestación   pública   que   proveen;   del   mismo   modo   deben controlarse   las condiciones laborales en estos centros, usando como referencia las existentes en los centros públicos.

Conjuntamente   con   las   medidas   anteriores,   consideramos   imprescindible   fijar   una estrategia de retorno al sector público de los servicios, asistenciales o no, que con el paso del tiempo se han ido externalizando y traspasando al ámbito privado.En   función   de   lo   expuesto,   y   tomadas   las   consideraciones   enunciadas   como   los puntos  básicos   sobre   los  que   basar   cualquier   futuro  acuerdo   sobre   el   devenir   de nuestra sanidad, cabe a partir de estos exponer ciertos

BLOQUES PRIORITARIOS DE ACTUACIÓN

1: sobre las listas de espera. Elaboración de una estrategia de impacto que involucre tanto los  recursos propios del SCS  como los concertados.  Tras  la  liberación de   la partida   económica   correspondiente,   proponemos   tensar   las   potencialidades   del sistema hasta su máximo punto de rendimiento, instaurando, en determinados casos y con  la   dotación  de  personal  necesaria,   turnos  de  tarde  o  de  fines  de  semana   en aquellos servicios con necesidad de reducir sus listas de espera, así como los que les sirvan de soporte (laboratorios, rayos, etc.).

2: potenciar  la Atención   Primaria.  Incrementar   las   ratios   de   profesionales   en   la Atención Primaria, dotándolos de los medios necesarios, es un paso previo ineludible para dotar a la Atención Primaria del carácter preventivo y de promoción de la salud que nunca debió perder. Se hace preciso, por ello, recuperar como fórmula de gestión y planificación los principios contenidos en las Declaraciones Internacionales sobre la materia, particularmente las de Alma-Ata, Edimburgo, Santa Fe de Bogotá y Uruguay.

3: el problema   de  las  Urgencias.  El   Plan   de   Urgencias   Sanitarias   de   Canarias,proyecto elaborado por el anterior equipo de gobierno de la Consejería de Sanidad, se encuentra falto tanto de tramitación parlamentaria como de ficha financiera para su definitiva puesta en marcha. Se hace preciso, pues, proceder a su desbloqueo para poder abordar este problema contando ya con una referencia legal. El abordaje de las urgencias y la evitación de la saturación de estos servicios en el entorno hospitalario debe   forzosamente   contemplar   también   medidas   en   el   ámbito   extra hospitalario,dotando de medios técnicos y humanos a los centros que, fuera del entorno de un hospital (Centros de Salud, CEAUs, etc.) están capacitados para atender la atención sanitaria urgente en nuestras islas.

4: establecimiento de un protocolo eficiente de derivación de pacientes.  Para evitar que pacientes ingresen (o prolonguen su ingreso) en centros no adecuados para su  patología  o  situación   personal,  es   preciso  también  contar   con  un  protocolo   de derivación   de   éstos   a   las   instituciones   idóneas.   Con   esta   acción   se   conseguirá,adicionalmente, descongestionar centros de tecnología puntera, de forma que puedan centrarse en las situaciones que requieren de este tipo de atención.Como   medida   acompañante,   la   red   de   centros   Socio sanitarios   públicos   debe acomodarse a las necesidades y demandas reales de nuestra sociedad.

5: revisión del modelo sanitario canario.  Creemos imprescindible que entre todas las   fuerzas   sociales   se   genere   una   reflexión   colectiva   sobre   el   papel   de   nuestra sanidad,   las   prestaciones   a   ofertar   y   dónde   ofertarlas   teniendo   en   cuenta   las características  de  la  población  a   la  que  va   dirigida y  la   fragmentación de   nuestro territorio. Esta reflexión iría orientada a optimizar al máximo la prestación sanitaria,superando   inercias   perjudiciales,   detectando   y   eliminando   bolsas   de   ineficacia,revisando la red de utilización pública para un mayor acercamiento a la población,impidiendo la duplicidad de servicios dentro de un mismo centro sanitario; acotando,cuando no suprimiendo, la desmedida influencia de determinados sectores de presión dentro del sistema, etc.

Cabe mencionar aquí la situación en la que se encuentra la sanidad pública en las islas no capitalinas, resaltando la necesidad urgente de avanzar en su mejora. En  definitiva,  proponemos   un plan   ambicioso de  trabajo  que  termine  detectando  e implantando la sanidad que verdaderamente precisamos allí donde se necesita.

6: medidas sobre el personal del SCS. Considerando que no es posible exigir una prestación sanitaria de calidad con esquemas laborales desfasados y, en ocasiones,claramente   abusivos,   hay   que   contemplar   dentro   de   este   bloque   de   medidas prioritarias   aquellas   relacionadas   con   la   paulatina   recuperación   de   los   derechos laborales perdidos en estos años, incluyendo la estabilización de la plantilla con las correspondientes ofertas de empleo. Tomando en consideración que esta medida en particular   será   objeto   de   negociación   tanto   en   Mesa   Sectorial   como   en  la   que corresponda por razón de la materia, proponemos derivar a ellas la solución negociada a   este   contencioso,   para   que   luego   sea   asumida   por   los   responsables   políticos competentes.

7: plan   de   Infraestructuras.  Finalizar   las   estructuras   todavía   en   construcción,acometer otras  nuevas  según  las  necesidades   detectadas,  remozar las  existentes,aplicarles el mantenimiento adecuado e invertir en medios materiales y equipamiento hasta   recuperar   el   carácter   puntero   de   nuestra   sanidad   son   también   medidas   de choque necesarias. 

8: gestión del conocimiento. El sistema sanitario público no se limita a la prevención efectiva de la enfermedad o a la recuperación de la salud; el componente investigador,el análisis científico de nuestra realidad, la función docente, la esfera de la gestión sanitaria son   factores   que   aportan   más   y   mejor   conocimiento   sobre los   procesos implantados  o  por  implantar  en  nuestro  medio, por  ello  son  un   caudal  de  riqueza colectiva que no se puede ni se debe obviar. Por ese motivo, desde la Consejería de Sanidad se impulsarán las iniciativas que vayan encaminadas  a la consecución de este objetivo; tanto desde el punto de vista de la investigación como de los programas formativos dirigidos a la plantilla, abarcando todos los campos de actuación de esta.

9: transporte sanitario. Reducir el tiempo de respuesta a traslados en ambulancia, en sus   distintas   modalidades,   y   en   helicóptero,   evitando   esperas   innecesarias   y mejorando el trato humano que reciben los enfermos y sus familiares. Para ello, en el nuevo   concurso   de   transporte   sanitario,   pendiente   de   convocar,   debe   incluirse   un aumento   de   recursos,   una   mejor  organización   y   una   fiscalización   suficiente   de   la actividad en este campo.

10: gestión   profesionalizada.  Por   último,   y   aunque   suene   repetitivo   por   haberlo expuesto ya previamente en nuestras Consideraciones Básicas, debemos insistir en la importancia capital que una gestión profesionalizada tiene en la buena marcha de las instituciones   sanitarias.   Que   el   cambio   de   color   de   un   gobierno   no   conlleve automáticamente   la   sustitución   de   gestores   cualificados   por   personas   vinculadas políticamente con el nuevo equipo, pero sin competencia gestora alguna en el campo de la sanidad, con lo que eso supone de alteración de programas, de estrategias y de gestión a largo plazo, con resultados funestos en la mayoría de las ocasiones. No nosmpodemos seguir permitiendo la eterna provisionalidad y amateurismo que hemos vivido en la sanidad pública canaria, y por ello se hace necesario, si queremos de verdad revitalizarla, un cambio de tendencia en este sentido: que la sanidad la gestione quien sabe   de   sanidad;   su   orientación   política,   eso   sí,   corresponde   sin   duda   alguna   al Ejecutivo y al titular de la Consejería.

Todas las medidas contenidas en este documento, y todas las consideraciones de lasque parten, llevan irremisiblemente a una conclusión obligada: la sanidad de nuestras islas sólo podrá establecerse con criterios de calidad y excelencia si somos capaces de suscribir colectivamente un gran Pacto Social por la Sanidad en Canarias. Ni hay ni puede haber objetivo de mayor calado para nuestro futuro a corto, medio y largo plazo.


Un pacto que, con independencia de los actores que participen en su confección, ha de ser finalmente rubricado en el Parlamento de Canarias por una amplia mayoría -sino fuese posible por unanimidad- de las fuerzas políticas que lo componen. Sólo de esta forma   el   Pacto   dejará   de   ser   propiedad   de   un   gobierno   determinado,   que cualquier otro gobierno puede orillar y preterir, para pasar a ser patrimonio colectivo y,por consiguiente, de obligado cumplimiento para todos. 

Un pacto que ponga fin a las disputas partidistas con la sanidad como telón de fondo;que   acabe   con   su   descrédito   creciente;   que   blinde   el   sistema   ante   futuras   crisis económicas, donde florecen las tentaciones de derivar parte del presupuesto sanitario a otras   áreas   de   atención   por   parte   del   Ejecutivo;   que   provea   una   financiación suficiente para ofertar la mejor sanidad posible dentro de un esquema de recursos limitados   que   todos   conocemos;   que   sea   capaz   de   elevar   los   niveles   de   calidad percibida por parte de la población; que inyecte nuevamente ilusión y entusiasmo en los miles de trabajadores de nuestra sanidad pública, desgraciadamente perdidos en estos años por tanta insensatez acumulada. En definitiva, Canarias necesita un Pacto Sanitario que nos proyecte como sociedad avanzada inserta ya en el siglo XXI, donde todos asumamos finalmente que las partidas presupuestarias dedicadas a la sanidad,lejos de ser un gasto oneroso, supone la mejor y más auténtica inversión de futuro que una sociedad se da a sí misma

POR UN PACTO SOCIAL DE LA SANIDAD EN CANARIAS

ESQUEMA-RESUMEN

1.- Tres Consideraciones Básicas:

1. Suficiencia presupuestaria
2. Apartar a la sanidad de la pugna partidista
3. Política de conciertos sanitarios, con estos puntos clave:

a) Utilizar previamente hasta su límite los recursos del propio SCS
b) Ajustar los conciertos a la legalidad vigente
c) Establecer criterios de calidad y de vigilancia del concierto
d) Reincorporar al sector público los servicios externalizados 

2.- Diez medidas prioritarias:

1. Reducción de listas de espera
2. Potenciar la Atención Primaria
3. Desarrollar el Plan de Urgencias
4. Protocolo de derivación de pacientes
5. Redefinición del modelo sanitario
6. Sobre el personal del SCS, actuar como mínimo en los siguientes campos:

 Recuperación jornada 35 horas junto con la totalidad de los derechos
laborales suspendidos desde 2011
 Carrera profesional: renegociarla e incorporar al personal interino
 Equiparar plantillas a la media estatal
 Negociación nueva normativa listas de empleo
 Ofertas de Empleo periódicas normativa listas de empleo
 Ofertas de Empleo periódicas 
 Unificar criterios en materia de permisos, licencias y vacaciones
 Negociación del sistema PIT y comisiones de servicio
 Incorporar la jubilación parcial en el ámbito del SCS
 Negociación de las funciones profesionales
 Plan de Formación Continua del personal
 Impulso de la prevención de riesgos laborales

7. Plan de infraestructuras

8. Gestión del conocimiento

9. Transporte sanitario

10. Gestión profesionalizada

2.- Conclusión: PACTO SOCIAL POR LA SANIDAD EN CANARIAS

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