Es inaceptable de que puedan existir personas que intente impedir que la clase empresarial pueda realizar donaciones a la sanidad española.
La Sociedad Española de Oncología Radioterápica
(SEOR) no quiere entrar a debatir, pero hay algo que tiene muy claro:
“Estamos encantadísimos con las donaciones”, afirma Pedro Lara, su presidente.
Este grupo de especialistas lleva tiempo denunciando la obsolescencia de los
equipos que hay en España y ven en este anuncio la oportunidad de solucionarlo.
Esta sociedad cuantificó hace un año el dinero que hacía falta para actualizar
los equipos de radioterapia (unos de los que entran entre los subvencionados): 280
millones. Con ello se evitaría que haya pacientes sin recibir el
tratamiento adecuado, reduciendo los efectos adversos de la radioterapia,
porque con los nuevos aparatos se puede regular mucho mejor la intensidad y el
foco donde se irradia.
Primero, la
fundación se pone en contacto con las comunidades y les ofrece ayudarles con
sus planes oncológicos. “Nos dijeron muy poco. Solo nos dieron unos protocolos
de qué podíamos pedir, que tenían que ser equipamientos para el cáncer, tanto
de diagnóstico como de prevención o tratamiento”.
La fundación
explica: “Las comunidades tienen planes contra el cáncer. Pero si prevén
actualizar los equipos en cinco años, nosotros les ayudamos para que lo hagan
en dos”.
Esta
ayuda resuelve una situación crítica con el 30% de los aceleradores obsoletos y
un tercio menos de los necesarios”. “Eso no quiere decir que no haya nada más
que hacer, pero claramente es un dinero que se debe aceptar. Para los médicos
nuestra prioridad son los pacientes y ellos lo que quieren es que les tratemos
de la mejor manera posible. A los enfermos no les importa de dónde venga el
dinero?”.
la pregunta es
recogida por las asociaciones de afectados y Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac),
es tajante: “Tiene que haber mecenas. Hay tantas carencias que bienvenidos
sean. En España le sacamos punta a todo. Ortega podía haber elegido no hacer la
donación. Si nos encontramos un regalito, no podemos decir que no”.
Otra gran
organización, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), también da la
bienvenida a los fondos, aunque con dos requisitos: que haya transparencia en
la concesión y que se asegure una continuidad, porque estos equipos son muy
caros (unos tres millones los aceleradores) y no tendría sentido que estuvieran
apagados por no poder pagar el mantenimiento, indicó una portavoz.
Alfredo Carrato,
jefe de Oncología del hospital Ramón y Cajal de Madrid y expresidente de la
Sociedad Española de Oncología Médica, antes de que surgiera este debate, ya lo
tenía claro: “La sostenibilidad de la sanidad pasa por la financiación y el
mecenazgo”.
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