domingo, 11 de junio de 2017

Yo sí aceptó las donaciones de Amancio Ortega


Es inaceptable de que puedan existir personas que intente impedir que la clase empresarial pueda realizar donaciones a la sanidad española.

La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) no quiere entrar a debatir, pero hay algo que tiene muy claro: “Estamos encantadísimos con las donaciones”, afirma Pedro Lara, su presidente. Este grupo de especialistas lleva tiempo denunciando la obsolescencia de los equipos que hay en España y ven en este anuncio la oportunidad de solucionarlo. Esta sociedad cuantificó hace un año el dinero que hacía falta para actualizar los equipos de radioterapia (unos de los que entran entre los subvencionados): 280 millones. Con ello se evitaría que haya pacientes sin recibir el tratamiento adecuado, reduciendo los efectos adversos de la radioterapia, porque con los nuevos aparatos se puede regular mucho mejor la intensidad y el foco donde se irradia.

Tanto los portavoces de la Fundación Amancio Ortega como los de las consejerías de Baleares (PSOE y Més, con apoyo de Podemos), Valencia (PSOE, Compromís y apoyo de Podemos) y Madrid (PP) coinciden en cómo se dan las subvenciones.


Primero, la fundación se pone en contacto con las comunidades y les ofrece ayudarles con sus planes oncológicos. “Nos dijeron muy poco. Solo nos dieron unos protocolos de qué podíamos pedir, que tenían que ser equipamientos para el cáncer, tanto de diagnóstico como de prevención o tratamiento”.

La fundación explica: “Las comunidades tienen planes contra el cáncer. Pero si prevén actualizar los equipos en cinco años, nosotros les ayudamos para que lo hagan en dos”.

Esta ayuda resuelve una situación crítica con el 30% de los aceleradores obsoletos y un tercio menos de los necesarios”. “Eso no quiere decir que no haya nada más que hacer, pero claramente es un dinero que se debe aceptar. Para los médicos nuestra prioridad son los pacientes y ellos lo que quieren es que les tratemos de la mejor manera posible. A los enfermos no les importa de dónde venga el dinero?”.


la pregunta es recogida por las asociaciones de afectados y Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), es tajante: “Tiene que haber mecenas. Hay tantas carencias que bienvenidos sean. En España le sacamos punta a todo. Ortega podía haber elegido no hacer la donación. Si nos encontramos un regalito, no podemos decir que no”.

Otra gran organización, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), también da la bienvenida a los fondos, aunque con dos requisitos: que haya transparencia en la concesión y que se asegure una continuidad, porque estos equipos son muy caros (unos tres millones los aceleradores) y no tendría sentido que estuvieran apagados por no poder pagar el mantenimiento, indicó una portavoz.


Alfredo Carrato, jefe de Oncología del hospital Ramón y Cajal de Madrid y expresidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, antes de que surgiera este debate, ya lo tenía claro: “La sostenibilidad de la sanidad pasa por la financiación y el mecenazgo”.

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